UN VUELTÓN MEDIEVAL…

El arte del Renacimiento se produjo durante los siglos XIV, XV y XVI en Europa bajo las influencias combinadas de una mayor conciencia de la naturaleza, un renacimiento del aprendizaje clásico y una visión más individualista del hombre. Todo ello bajo el ojo y la manipulación dedicada y atenta de la Iglesia Católica y no tan solo.
Los estudiosos, - correctamente, - ya no creen que el Renacimiento marcó una ruptura abrupta con los valores medievales, como sugiere la palabra francesa que denomina el periodo, “Renaissance”. Más bien, las fuentes históricas sugieren que el interés por la naturaleza, el aprendizaje humanista y el individualismo ya estaban presentes en el período medieval tardío y se hicieron dominantes en la Italia de los siglos XV y XVI, al mismo tiempo que los cambios sociales y económicos como lo fueron la secularización de la vida diaria, el desarrollo de una economía racional de crédito monetario, y una mayor movilidad social.

El periodo Renacentista fue además consecuencia de los tiempos de agitación religiosa, del crecimiento del sistema bancario, del militarismo religioso, tanto regional como nacional e Internacional. Sobre todo, el renacimiento crece y se desarrolla a la par con la proliferación del intercambio de mercancías. El dinero fluía a la grande entre los privilegiados, y poseer obras de arte era sinónimo de prestigio social y económico. Las familias dominantes competían a construir iglesias cada vez más grandes y pomposas, y sobre todo bien decoradas por los artistas de alta reputación.
Pintura del Papa Alejandro VI, el Papa Borgia, famoso por sus actos viciados, militaristas y corruptos.
El arte era sobre todo un medio de comunicación y los artistas eran bien pagados por papas, cardenales, sacerdotes, terratenientes, reyes, por los nuevos burgueses, comerciantes, militares y banqueros. Es de esperarse que la mayor parte de la producción era arte comprometido y bien pagado desde las primeras pinceladas. Era mayoritariamente arte a requisitos y satisfacción del que pagaba, no necesariamente expresión libre y exclusiva del artista. De ahí, los tantos Jesucristos pintados de rubio y con ojos azules que en nada reflejan el verdadero Cristo Hebreo, moro, nacido en Medio Oriente de familia pobre. Los ángeles vestidos con el ropaje y a imagen de los hijos del comendador; las mujeres con sus aureolas de santidad, etc. Artistas como Leonardo Da Vinci y otros eran pagados para intercambiar estudios del cuerpo humano. Eran pagados, además, por militares para diseñar armas de guerra, vendiendo sus servicios al mejor postor.
Reconocer el tejemaneje social y económico de la época es fundamental para evitar malas interpretaciones de los hechos, para evitar el endiosamiento de cosas y personas, di hasta de padres fundadores de una y otra cosa. No podemos permitir el crear confusión del pasaje entre el pasado y el presente porque se nos jode el futuro.

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