PUERTO RICO, UNA CRISIS COLONIAL HISTÓRICA…
Convertido Puerto Rico en botín de guerra en 1898, durante
los primeros años del siglo 1900 Estados Unidos diseñó el poder
político-económico de su nueva colonia. La
Ley Foraker de 1900, además de establecer un gobierno civil en Puerto Rico,
incluyó importantes disposiciones sobre aspectos económicos de la relación
entre Puerto Rico y Estados Unidos. A través de esta primera ley orgánica, se
hicieron aplicables a Puerto Rico las leyes federales de cabotaje, las cuales
imponen, entre otras cosas, el utilizar solamente barcos con matrícula
estadounidense para el comercio marítimo y pagar sus respectivos fletes. Esto
no solo limitó la capacidad de Puerto Rico para comerciar con otros países,
sino que, además, en general, hizo el comercio más costoso.
Al igual que la malograda Carta Autonómica de 1897, la moneda puertorriqueña tendría una vida efímera, ante la incertidumbre derivada del cambio de metrópolis colonial de 1898. Desde el inicio de la invasión, el propio general Nelson A. Miles autorizó a sus tropas una tasa de cambio de 2 a 1; esto es, dos pesos provinciales por cada dólar. Esto trajo la acción de los especuladores, que compraban pesos a dicha tasa y luego los utilizaban a su valor facial en los poblados aún no ocupados por el ejército de EE.UU.
Finalmente, durante el periodo de los gobernadores militares
(1898 al 1900) se estableció una tasa de cambio de 60 centavos norteamericanos
por cada peso puertorriqueño. Esto es, una tasa de descuento de 40 por ciento
sobre el peso provincial puertorriqueño con respecto al dólar norteamericano.
Este cambio afectó de manera especial al sector agrícola, principalmente al
cafetalero, ya que la inmensa mayoría de las hipotecas y préstamos estaban
valorizados en moneda provincial.
Sin duda, se trataba de una estrategia bien diseñada, la
reducción a casi la mitad del valor de las propiedades sirvió para empobrecer los
puertorriqueños y dio impulso al intenso proceso de acaparamiento de terrenos
cultivables por parte de los nuevos inversionistas norteamericanos del “sugar
trust”, dando así inicio al latifundio ausentista, el cual se vio representado por
emporios azucareros como la Guánica Central, la Aguirre Sugar Company y la
Fajardo Sugar, entre otros. La estrategia norteamericana era claramente
destinada a la conversión de una economía de pequeños y medianos terratenientes
y una naciente burguesía puertorriqueña a una economía de grandes latifundios
controlada por los centralistas norteamericanos.
Las provisiones del artículo 11 de la Ley Foraker de 1900,
establecieron la recogida de la moneda provincial puertorriqueña y su
sustitución por moneda estadounidense, formalizando la tasa de cambio a razón
de 60 centavos por cada peso puertorriqueño. Nuestra única moneda oficial
continuó circulando hasta tres meses luego de la aprobación de dicha ley
orgánica (hasta agosto de 1901), momento en que se culminó su total
desmonetización. Desde dicho momento histórico al presente, el dólar constituye
la moneda de curso legal del País, con todos y cada uno de los puertorriqueños empobrecidos
oficialmente al 40%, haciendo el terreno fértil en todos los sectores de la
economía a la penetración del capital extranjero.
A pesar de que en 1917 la Ley Foraker fue sustituida por la
Ley Jones, continuó vigente el mismo marco estatutario que dejó a Puerto Rico
desprovisto de medios para proteger sus industrias locales. Además, la Ley
Jones fue enmendada para disponer expresamente que Puerto Rico no puede
discriminar contra los productos estadounidenses o extranjeros frente a los
locales. Esto implica que Puerto Rico está impedido de proteger sus productos
frente a los productos importados, ya que no puede eximirlos de impuestos ni
cobrar una tasa más baja por ellos. Es evidente que se trata de toda una estrategia impuesta para romper el
espinazo de la economía local. Además, los EEUU entrando en la Primera Guerra
Mundial, fue mediante la Ley Jones la que impuso la ciudadanía norteamericana a
los puertorriqueños para obligar a los hijos del país empobrecido a servir como carne de
cañón.
Así adviene la paulatina asimilación ideológica del movimiento obrero organizado a una postura pronorteamericana. Las instituciones laborales de Estados Unidos, a principios de siglo, eran instituciones más adelantadas que las instituciones españolas en términos de derechos obreros. Estados Unidos era un país en pleno desarrollo industrial en donde existía un movimiento obrero de izquierda y socialista. Cuando la masa obrera puertorriqueña que se fue desarrollando en los grandes latifundios cañeros particularmente, empezó a tomar conciencia, fue organizada directamente por la American Federation of Labour. El anarco-sindicalista español, Santiago Iglesias Pantín, veía en las instituciones norteamericanas una garantía en contra de las viejas instituciones españolas. Para aquel movimiento obrero, ¿quién era el adversario?, ¿quién era el enemigo de clase de los trabajadores de la caña puertorriqueña y del trabajador tabacalero? Era, en gran medida, la burguesía puertorriqueña y el intermediario administrador puertorriqueño del capital norteamericano.
De otra arte, era esa burguesía puertorriqueña de principio de siglo la que, en gran medida, traía desde el siglo pasado las ideas de carácter independentistas y autonomistas. En otras palabras, era la alta, mediana y pequeña burguesía puertorriqueña, generalmente con niveles más altos de educación, quienes abogaban por la independencia, tanto cuando el colonialismo español, como cuando el nuevo colonialismo norteamericano. Se comprende que los trabajadores tenían una buena razón para que el movimiento obrero de entonces comenzara a tomar un ribete pronorteamericano.
Mientras, la burguesía puertorriqueña se obstinaba a través del Partido Unionista en hablar de la independencia sin hacerla, en hablar de la autonomía tipo Canadá sin hacerla tampoco, y los obreros puertorriqueños caían inocentemente en manos de la oferta de la American Federation of Labour y de toda aquella pomposidad ideológica y filosófica que representaba los EEUU en aquel periodo.
Mientras tanto, a principios de los años 40 se desarrollaba con dos vertientes un vigoroso movimiento independentista. La primera vertiente propio de la burguesía patriótica puertorriqueña existente desde principios de siglo que formará el ala independentista del Partido Unión, que fue creado en 1904 y que permanece en el poder hasta 1924, y que en su tiempo se opuso a la imposición de la ciudadanía norteamericana mediante resolución legislativa. Este Partido Unión se convierte luego en el Partido Liberal, el cual obtiene el 44% de las votaciones en las elecciones de 1932, y en 1936 el 46% de los votos, con un programa que podríamos llamar de centro derecha, burgués, pero siempre patriótico.
El ala más radical del Partido Unión funda en 1923-24 el
Partido Nacionalista que se convierte en un partido ateneísta hasta que don
Pedro Albizu Campos asume su presidencia a finales de la década de 1920. Pedro
Albizu Campos plantea la lucha antimperialista en Puerto Rico en un programa de
carácter estricto de liberación nacional. Es decir, la problemática
socioeconómica es secundaria en el programa del Partido Nacionalista; la
problemática fundamental es la unidad de diversas clases puertorriqueñas para
combatir de frente al imperio.
Tanta fortaleza y apoyo recibe el Partido Nacionalista, tanta respuesta encuentra en el pueblo que el imperio se ve forzado a acudir a la persecución directa en contra de los nacionalistas. Todo este proceso de confrontación de los partidos independientes culminó en 1936 con el encarcelamiento de don Pedro Albizu Campos y, en 1937, con la Masacre de Ponce, donde mueren 23 puertorriqueños desarmados y se registran más de 100 heridos.
La segunda fase del proceso puertorriqueño de este siglo se
inicia con la fundación y el advenimiento al poder del Partido Popular Democrático
en 1940. El PPD se funda bajo el liderazgo de Luis Muñoz Marín, como producto
de la convergencia de tres vertientes: a) un grupo de nacionalistas que luego
del encarcelamiento de den Pedro optan por buscar nuevas salidas o nuevos instrumentos; b) la gran
mayoría del Partido Liberal cansada del “caciquismo” y del centro-derechismo de sus
líderes; y, c) un sector considerable del Partido socialista.
Es curioso que el lema que adopta el Partido Popular desde su fundación sea con la temática de “Tierra y Paz”, con la única diferencia que en Puerto Rico no había una guerra y no se necesitaba paz, lo que había era una colonia y lo que se necesitaba era libertad. Pero hasta en su lema el Partido Popular intentó dar el cariz de que era un partido de carácter revolucionario abogando por un cambio social profundo. Eventualmente se transforma en "Pan, Tierra, Libertad". siendo el lema proviene de las consignas socialistas de principios de siglo en donde se peticionaba mayor justicia social a los campesinos y trabajadores. Este tipo de consignas fueron utilizadas en la revolución mexicana por Emiliano Zapata como “Tierra y Libertad” y fueron adoptadas por el PPD porque representaba las luchas de los trabajadores en Puerto Rico.
El Partido Popular en 1940 viene con un programa de
reforma agraria. En cuanto al problema del status político lanza la famosa
frase: “La independencia está a la vuelta de la esquina”; la esquina ha
resultado bastante larga. Sin embargo, en las elecciones de 1940 no plantea el
problema de la relación política con los Estados Unidos. Del 95 al 99% de todos
los independentistas y nacionalistas cayeron en aquella trampa, salvo un grupo
de nacionalistas e independentistas que estaban en Nueva York y no en Puerto
Rico. El Partido Popular obtuvo el 37% de los votos en las elecciones de 1940. La
historia no la podemos escribir como nos gustaría, la tenemos que escribir como
fue. Los independentistas se dejaron engañar en 1942. Es decir, que el
independentismo y el ala más avanzada del socialismo de buena fe se metieron en
el Partido Popular.
El 21 de mayo de 1948 la Asamblea Legislativa de Puerto Rico
bajo el Partido Popular Democrático (PPD), aprueba en sesión tres proyectos de
ley encaminados a castigar toda acción contra el Gobierno de la Isla, orientada
a reprimir el creciente movimiento independentista. No es hasta el 10 de junio del mismo año que
se convierte en la Ley 53 que declaraba “delito grave el fomentar, abogar y
aconsejar o predicar, voluntariamente o a sabiendas, la necesidad, deseabilidad
o conveniencia de derrocar, destruir o paralizar el Gobierno Insular por medio
de la fuerza o la violencia”. También incluye como delito el imprimir,
publicar, editar, vender, exhibir u organizar o ayudar a organizar cualquier
sociedad, grupo o asamblea de personas que fomenten la intención de derrocar,
paralizar o destruir el Gobierno Insular colonial.
Como penalidad se constituye con un máximo de 10 años de
cárcel o $10,000 de multa o ambas por cometer dichos actos celebrados por un
tribunal de derecho. Esta ley fue bautizada por el Representante Leopoldo
Figueroa como lo que hoy conocemos “Ley de la Mordaza”, quien
consideraba esta ley como una “burda copia de la Ley Smith norteamericana y
forma parte de la legislación represiva y tentadora de la libertad de expresión
y una violación a los "derechos civiles”. La Ley Smith aprobada en 1940 tipificó
como delito el abogar por el derrocamiento violento del gobierno u organizar o
ser miembro de cualquier grupo o sociedad dedicada a tal defensa. Los primeros
procesamientos bajo la Ley Smith en 1941 en los EEUU, fueron los líderes de la Partido
Socialista de los Trabajadores (Socialist Workers Party - SWP).
La ley criminalizó al movimiento independentista y nacionalista, y criminalizó tener o mostrar una bandera de Puerto Rico, y cantar canciones patriotas. Fue una ley usada por el gobernador Luis Muñoz Marín, quien traicionó sus ideales independentistas a cambio de recibir el apoyo del gobierno estadounidense para ser gobernador de Puerto Rico. Muñoz Marín, sus secuaces y su partido, usaron la ley para justificar la persecución, el encarcelamiento y hasta la tortura de miles de personas por el mero hecho de querer la independencia de Puerto Rico. Tan pronto la Ley 53, mejor conocida como la Ley de la Mordaza, fue aprobada se desata una década de represión política.
Esta ley represiva ayuda al nuevo gobernador a ejercer su
puesto sin miedo de deshacerse de la oposición política, especialmente del
sector independentista y nacionalista. Las elecciones generales se realizaron
en Puerto Rico el 2 de noviembre de 1948 en la que se elige a Luis Muñoz Marín
como el primer gobernador puertorriqueño escogido por el voto del pueblo de
Puerto Rico, y el 2 de enero de 1949 toma posesión oficialmente del cargo. Es
la primera vez en la historia de Puerto Rico, desde el desembarco
norteamericano, que el pueblo elige directamente a su gobernante debido a
enmiendas a la Ley Jones. Además de la
elección directa del gobernador este nombrará su gabinete, pero el nombramiento
del Auditor Insular y los Jueces del Tribunal Supremo serán nombrados por el presidente
de Estados Unidos.
Así el Partido Popular Democrático y Muñoz, se distancian
formalmente del independentismo en un pronunciamiento de Muñoz Marín contra el
Congreso Pro-Independencia, el partido Unión Republicana cambia su nombre a
Partido Estadista, el antiguo Partido Liberal cambia su nombre a Partido
Reformista y el Socialista disputa en solitario esta elección. Martín Travieso
aspiró a la gobernación por los partidos: Estadista, Socialista y Reformista
Puertorriqueño en una candidatura coaligada.
Factores como la represión legalizada por medio de la Ley de
la Mordaza, la inestabilidad del estatus colonial y la traición de Muñoz al
independentismo es que se agitaron las aguas anti coloniales. Con la llegada y
ayuda del líder Pedro Albizu Campo se comienza a preparar un levantamiento en
armas. El 30 de octubre de 1950, muchos puertorriqueños se habían organizado
para llevar a cabo la Revolución Nacionalista con el objetivo de declarar la
independencia de Puerto Rico, lo cual tuvo inicio en Jayuya, mejor conocido
como el Grito de Jayuya. En Jayuya ocurre la acción más importante, siendo
capturado el pueblo por nacionalistas. Otros pueblos como Peñuelas, Ponce,
Arecibo, Utuado, Naranjito y Mayagüez también ocurren acciones en los cuales
resultan muertos nacionalistas y policías.
Además, se realizó un ataque en La Fortaleza, la casa del
Gobernador Muñoz Marín, por un grupo de cinco nacionalistas con intenciones de
matar al gobernador considerado un traidor. Cuatro años más tarde se atacó al
Capitolio de los Estados Unidos y la casa Blair, donde se hospedaba el presidente
estadounidense Harry Truman con el objetivo de internacionalizar la situación
de Puerto Rico.
Son muchos los artículos escritos acerca de estos
acontecimientos históricos acerca del coloniaje en Puerto Rico y acerca de la
represión y criminalización del independentismo. Uno de los artículos que
explica la historia legislativa de esta ley fue el artículo de David M. Helfeld
(1964) titulado “Discrimination for Political Beliefs and Associations”.
Helfeld sostiene que esta Ley de la Mordaza fue aplicada más bien en contra de los líderes y
seguidores nacionalistas, al igual que fue usada para molestar e intimidar
personas y grupos minoritarios para evitar una ola creciente en favor de la
independencia, hechos que nos conducen al Puerto Rico de hoy...
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