Transgénero o Cisgénero, esa es la pregunta...

Difundir ignorancia y discriminación no es una respuesta a este delicado tema. La mayoría de la investigación científica disponible sobre el comportamiento homosexual en animales carece de especificación entre animales que exhiben exclusivamente tendencias del mismo sexo y aquellos que participan en actividades de apareamiento heterosexuales y homosexuales de manera intercambiable. Esta falta de distinción, por ahora,  ha dado lugar a opiniones diferentes e interpretaciones contradictorias de los datos recopilados entre científicos e investigadores. Imagínese, pues, las reacciones entre los incultos. Es un proceso que tomará tiempo de estudio y comprensión.

La homosexualidad y la bisexualidad están presentes en el reino animal (incluidos los humanos) en una proporción variable. El comportamiento homosexual de los animales toma muchas formas diferentes tales como las relaciones sexuales, el cortejo, el afecto, la unión de pareja, la crianza de los hijos, etc. Se ha reconocido dentro de la misma especie, en donde se ha observado a través de investigaciones su existencia desde primates hasta en los parásitos intestinales, ya todo bien documentado en 450 especies.

¿Visión limitada?

Por otro lado, en los seres humanos el término "transgénero" se refiere a una persona cuyo sexo asignado al nacer por un médico, - generalmente basado en genitales externos, - no coincide con su identidad de género, en el sentido psicológico de uno de su propio género. Algunas personas transgéneras experimentarán "disforia de género", que se refiere a la angustia psicológica que resulta de una incongruencia entre el sexo asignado al nacer y la identidad de género de la persona.  Aunque la disforia de género a menudo comienza en la infancia, es posible que algunas personas no la experimenten hasta después de la pubertad o mucho más tarde. 

Las principales organizaciones médicas, como la Asociación Médica Estadounidense (AME) y la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA), reconocen que ser transgénero no es un trastorno mental. La APA lo aclaró en términos explícitos cuando dejó de usar el término “trastorno de identidad de género” en favor de “disforia de género”: Parte de eliminar el estigma consiste en elegir las palabras adecuadas. Reemplazar "trastorno" por "disforia" en la etiqueta de diagnóstico no solo es más apropiado y consistente con la terminología familiar de sexología clínica, sino que también elimina la connotación de que el paciente está desordenado y/o con algún tipo de enfermedad. Como tal, los problemas de salud de las personas transgénero ya no se clasifican como trastornos mentales y del comportamiento bajo grandes cambios en el manual global de diagnósticos de la Organización Mundial de la Salud.

En los Estados Unidos durante la presidencia de Trump, el 15 de junio de 2020, la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que a los efectos del Título VII de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la discriminación basada en la condición de transgénero también es discriminación por motivos de sexo, lo que ocasionó la laméntela pública y desafiante del súper conservador Trump. Independientemente de la clasificación de sexo legal determinada por un estado o territorio, el gobierno federal puede hacer su propia determinación de clasificación de sexo para los documentos emitidos por el gobierno federal. La administración y el Senado cuando Trump mantuvieron el estado indecoroso de "ausencia de reglas" o no reglas a nivel federal para así no regular la inclusión de niños transgénero en la gama de derechos civiles.

Por otro lado, los estados varían mucho en cuanto a la participación de niños transgénero en los deportes y qué vestuario deben usar esos estudiantes. Quienes se oponen a incluir a los atletas transgénero enfatizan el argumento de que puede haber una ventaja injusta de mayor tamaño y fuerza en las mujeres trans, y los atletas trans podrían amenazar la seguridad de los niños así llamados, cisgéneros, (aquellos quienes la identidad personal y el género corresponden con su sexo de nacimiento), tanto en la competencia como en el vestuario. Los defensores de permitir que los niños transgéneros participen en deportes según su género preferido señalan los beneficios conocidos de participar en deportes y el bienestar psicológico de los niños transgénero.

Muchos estados han intentado imitar las reglas de la NCAA (National Collegiate Athletic Association) y el COI (Comité olímpico internacional) que se basan en las pruebas de nivel de testosterona para determinar cuándo una mujer trans puede participar en competencias deportivas femeninas. Este tipo de reglas son más difíciles de hacer cumplir en la educación secundaria debido a la falta de recursos para evaluar los niveles de testosterona, y son muchos los profesionales médicos que a menudo dudan de la terapia recetando hormonas a menores. 

Así que los estados han elaborado individualmente reglas para regular la participación de los atletas trans mediante la restricción de los atletas transgénero a equipos de su sexo asignado al nacer, coincidiendo con las pautas de la NCAA / IOC, permitiendo que los distritos escolares decidan o permitiendo la inclusión completa. Todo esto deja a los estadounidenses transgénero sujetos a regulaciones inconsistentes y a menudo discriminatorias cuando buscan atención médica y otros servicios. Sobre todo, este es un triste caso de un hecho científicamente probado y comprobado, y que está siendo desatendido y sujeto a discriminación por parte de muchos gobernantes, padres, y adultos en general debido a la ignorancia, a la inexperiencia, al discrimen, y al analfabetismo en materia, sin de la falta de humanidad, y sin olvidar a las estupideces del Macho Camacho y señora. La Ciencia, con mayúscula, además de rigor, requiere objetividad, imparcialidad, y mucha paciencia y tolerancia en el proceso, así como hicieron Galileo, Giordano Bruno, Marx y Darwin. 

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