EL MISTERIOSO PODER DEL DÓLAR…


Hasta mediados del siglo pasado, la mayoría de las divisas, incluyendo el dólar americano, estaban conectadas al valor de las materias primas en posesión de los gobiernos. La cantidad de monedas en circulación, usadas como divisas de cambio en los mercados internacionales, dependía enteramente de las reservas de oro y plata propiedad de la nación.

Pero luego de que Estados Unidos en 1971 bajo el presidente Nixon aboliera ese sistema basado en un valor concreto y real, el dólar, por arte de magia misteriosa, se transformó en “dinero exclusivamente financiero”, lo que implicó que el dólar comenzó a depender de las políticas del Gobierno y bajo los caprichos de la política que lo controla. No hay dudas que fue la guerra de Vietnam y los programas de gasto social en los EEUU que elevaron drásticamente el gasto público, que están detrás de la decisión de EE.UU. de dejar de vincular su moneda al oro. Los lingotes de oro no crecen y no se multiplican por sí solos, mientras que el papel moneda de especulación financiera sí.

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania Nazi saqueó los bancos centrales de varios países de Europa. El Reichsbank llegó a atesorar miles de kilos de oro con la colaboración del Banco Internacional de Pagos en Suiza. Ya en 1948, los aliados recuperaron el oro y dejaron las arcas alemanas completamente vacías. Durante el boom económico de Alemania durante la post guerra el país almacenó la mayoría de sus tenencias en las bóvedas subterráneas de la Fed de Nueva York en Liberty Street. En 2012, justo antes de que comenzara la “mudanza”, en los EEUU se almacenaban más de 1.500 toneladas de oro alemán. Así hicieron otros países convencidos de la seguridad y estabilidad que Estados Unidos ofrecía. Mientras, los EEUU, libre de especular con el “dinero financiero” no respaldado por el oro y la plata, e inició acumular déficit hasta empeñar las próximas tres o cuatro generaciones de americanos. Igualmente, controlando el dinero financiero, dieron riendas sueltas a los mercados estrictamente especulativos de Wall Street y Chicago, en los que la acumulación de riquezas no tiene fin. Aquellos lingotes de oro y plata almacenados entraron igualmente en los mercados de especulación y quiméricos.

Lo cierto es que el llamado patrón oro no es un sistema viable en la actualidad para los grandes capitalistas usureros, ya que la economía no puede depender de un activo finito y escaso, que no crece, y que no tiene en cuenta las necesidades de la súper acumulación especulativa de riquezas. Para el Capitalista, el valor de los minerales, es más estático y son un ancla frente al papel moneda que da riendas sueltas al gobierno para decidir cuánto se va a imprimir para poner en circulación y satisfacer las “necesidades del país”, controlar la inflación y alimentar la especulación.

En Estados Unidos, el Sistema Bancario de la Reserva Federal (la FED, por sus siglas en inglés), influye significativamente en el precio y la circulación de la divisa dólar y establece las políticas monetarias determinando cuánto dinero debe estar en circulación y a cuál costo manipulando así los botones de la inflación. En ello, las reservas de oro y plata no cuentan. Me atrevo a decir que se trata de un mundo imaginario y artificial, realizado con un papel moneda que por magia es investido de valor en la imprenta de la FED, y es concretizado tan solo para especular y apostar en la pirámide de la mayor riqueza de pocos. Claro está, la usura se realiza con la imposición de intereses a pagar como costo del papel moneda.

La Reserva Federal dispone de diferentes instrumentos o herramientas para manejar el papel moneda, el dinero financiero sin respaldo de los metales. Le llaman elegantemente la Política Monetaria que en realidad son las reglas de especulación usurera, en la que se establecen las operaciones en el Mercado Abierto mediante las cuales se maneja el volumen de la compra y venta de instrumentos financieros, incidiendo significativamente en el precio. Además, la FED establece el coeficiente de reservas mediante el cual controlan las reservas monetarias por parte de los bancos, controlando así la cantidad de dinero que estos prestan y, por tanto, el volumen de créditos concedidos a todos los sectores de la economía. Por ejemplo, en el año 2019 el 38,3% de las transacciones de la FED eran exclusivamente entre bancos socios de la FED, el 54,5% fueron entre los bancos y otro tipo de firmas financieras y el 7,2% se realizaron entre un intermediario y una compañía no financiera. Finalmente, es la todopoderosa FED la que establece los tipos de interés a corto plazo para los préstamos a los bancos miembros del sistema federal.

¿Por qué los países necesitan una cantidad de divisas que son la moneda nacional que se hace extranjera al ser manejada para las transacciones en el comercio internacional? Es así debido a las exportaciones o importaciones de bienes y servicios, al comercio entre países. Es el vendedor y exportador de productos quien fija la divisa-moneda en la que se realiza la transacción. Y ésta es la gran fuerza indiscutible del dólar norteamericano, su uso internacional para todo tipo de transacciones, debido a que ha sido la divisa históricamente más estable por lo que es la primera opción del vendedor para que le paguen los contratos a mediano y a largo plazo. En el 2020, por ejemplo, el 87.6% de las transacciones comerciales internacionales se hicieron en dólares, aunque los EEUU no sean envueltos directa o indirectamente en la transacción.

Por último, el uso geopolítico de la divisa dólar por parte del gobierno norteamericano, ha sido fundamental en múltiples ocasiones, tanto en el Medio Oriente, Asia, Europa, como en Latinoamérica, donde despunta el boicot comercial a Cuba, impidiendo la isla negociar con muchos países debido a la imposición del pago en dólares cosa que explícitamente prohíbe el boicot impuesto por los EEUU sancionando cualquier empresa no estadounidense que trate económicamente con Cuba puede ser sometida a acciones legales y se le puede prohibir la entrada a los líderes de esa empresa a los Estados Unidos. Además, la oposición de Estados Unidos contra la membresía cubana en Instituciones Financieras Internacionales, y el poder aplicar sanciones a empresas no estadounidenses que comercian con Cuba. Esto significa que las empresas que operan a nivel internacional tienen que elegir entre Cuba y Estados Unidos, que es un mercado mucho más grande.

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