A LAS ORGANIZACIONES SIN FINES DE LUCRO IMPONE LA TRANSPARENCIA Y RESPONSABILIDAD…



Sabrás que las llamadas "causas benéficas" objeto de contribuciones y donaciones "tax exemp" no necesariamente sirven en exclusiva y de buen corazón a los pobres. Hay que espabilarse y en toda evaluación o investigación seria, hay que seguir la regla número uno del famoso ladrón de bancos norteamericano Willie Sutton: Cuando se le preguntó por qué robaba bancos, respondió: "Porque ahí es donde está el dinero".

La necesidad de identificar, medir la efectividad y el funcionamiento de las organizaciones sin fines de lucro impone transparencia y responsabilidad, sobre todo cuando el costo administrativo de muchas de esas organizaciones alcanza la mitad de las contribuciones llamadas “filantrópicas”, algunas donadas ingenuamente por el público en general, y otras en su mayoría son donaciones enmascaradas con variados objetivos del donante ricachón aguzado.

La filantropía tiene varios temas ocultos pendientes a esclarecer. El primero de todo es la medición del desempeño, para qué sirven, a quién ayudan y cómo se mide el logro de sus objetivos y los beneficios aportados, en muchos casos se trata de un misterio. Sabemos que ese mundillo de las organizaciones filantrópicas, sirven propósitos entrelazados, sirven de válvula de escape al suplir carencias y deficiencias del Estado, sirven para crear y sostener imágenes y status de personas y grupos, y sirven además como grupo de presión "lobístico" ante el gobierno.

Muchos llamados "charitables" y demás organizaciones sin fondos de lucro, se beneficien en el "frente de guerra" de jóvenes sensibles y de alto sentido humanitario ante la miseria que se prestan gratuitamente para ayudar a salvar el mundo, pero ese no es el caso de la alta administración y de los grandes contribuyentes con el "tax exempt" en mente, donde la llamada filantropía es un negocio redondo.

Algunos ejemplos: The Audubon Society, reconocida por sus numerosos bellísimos programas centrados en la protección de la biodiversidad y del medio ambiente, con sede en Washington, D.C., tiene secciones en todo el país. Su filial en Tucson, Arizona, que fomenta el interés y la conservación de la población de aves del sur de Arizona, ha visto sus costos administrativos dispararse en parte debido al salario inflado del director ejecutivo que representa más del 7% de los gastos del grupo, la Tucson Audubon Society gasta casi tanto en su oficina como en las aves que pretende proteger. En su sede de New Hampshire el costo administrativo alcanza el 43%.

Otros ejemplos, el “Gospel to the Unreached Millions” (GUM) el costo administrativo del grupo evangélico promotor de la palabra del Señor, alcanza el 43.1%, y claro auditoria pública, transparencia no están a la mano. Por último, la American Psychiatric Foundation. Sabemos que la evaluación y el tratamiento psiquiátricos son un gran negocio en los Estados Unidos. Todos los días se identifican y monitorean nuevas afecciones y condiciones ante el declino y descomposición social de ese país.

Pues bien, la Fundación Estadounidense de Psiquiatría, con sede en Arlington, Va., zona predilecta y privilegiada de los lobistas de Washington, dice con gran pomposidad que es su objetivo es mejorar la comprensión del público sobre las enfermedades mentales y abogar por programas de intervención temprana y servicios de tratamiento a través de subvenciones, fondos de investigación y premios. El grupo, que es el brazo filantrópico de la American Psychiatric Foundation, ha recibido calificaciones consistentemente bajas por sus altos costos administrativos que alcanzan la friolera del 43,7%.

Por su parte, la American Medical Association (AMA), que algunos dicen compite con el propio Congreso norteamericano como el club más exclusivo del mundo, los gastos anuales totalizaron $ 291 millones y se clasificaron de la siguiente manera: $ 155 millones (49% de los ingresos): compensación (incluidos $ 10 millones para 14 empleados). $ 32 millones (10% de los ingresos): Gastos relacionados con la oficina. $ 23 millones (7% de los ingresos): tarifas por servicios (es decir, consultoría, contabilidad, inversión, etc.). $ 20 millones (6% de los ingresos): Otros gastos (depreciación de $ 11 millones; no se proporcionan detalles sobre otros gastos). $ 16 millones (5% de los ingresos): en publicaciones, $ 15 millones (5% de los ingresos): Publicidad / Investigación de mercado $ 14 millones (4% de los ingresos): viajes y conferencias $ 8 millones (3% de los ingresos): Solicitud de membresía / Telemarketing, $ 8 millones (3% de los ingresos): subvenciones. Claro, los ingresos corresponden a cuotas y donaciones del buen corazón, aunque sean todas “deducibilísimas”…

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