GUERRA A LA POBREZA…
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Foto: Camden, USA |
Durante los últimos
siglos, han sido muchos los presidentes de los E.U. que en tribuna han
politiqueado en contra de la pobreza nacional e internacional. Se trepan en
tribuna y nos entusiasman con bellos programas humanitarios presentados con todo
tipo de artimañas y astucias. No es para menos, son políticos de carrera por lo
que no ven más allá de las próximas elecciones. Por tanto, discursean intencionalmente
para engañarnos, o quizás nos engañan porque en verdad no entienden que las
fuerzas de la economía capitalista tienen su propia ánima y es esa quien establece
el curso a tomar y cómo modificar las estructuras del andamiaje social,
incluyendo la política del país y sus actores.
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Prattville, Alabama, USA |
Hace más de medio siglo que el presidente Kennedy anunció e implementó la llamada “alianza para el progreso” acompañada por los “cuerpos de paz”, comprometiendo y amarrando políticos latinoamericanos y a sus pueblos llenos de esperanzas para salir del tercer mundo. Conclusión, la pobreza igual y de paso muchos gobiernos del Cono Sur quedaron rodeados por agentes travestidos. Busquemos hoy donde está aquel dramático programa salvador de todo el continente. Igualmente, es más de medio siglo cuando otro presidente USA, Lyndon B. Johnson, declaró con pompas y platillos la “guerra incondicional contra la pobreza" en los Estados Unidos. Tantos años han pasado y los políticos norteamericanos aún tienen que descubrir cómo ganar esa guerra social contra la pobreza.
Como decíamos,
son políticos que, sin saber sabiendo, nublan el entendimiento del pueblo y nos
llenan de esperanza falsificadas. En el capitalismo la pobreza, el desempleo,
los salarios, el consumismo, son todos fisiológicos, estrictamente necesarios
al buen funcionamiento del sistema del capital sin los cuales no puede
sobrevivir. Son válvulas de escape y son cantera de empleados a utilizar según necesidad
y fase del ciclo económico.
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Virginia, USA |
La hipocresía del sistema es notable. Desde aquella declaración de guerra a la pobreza del demócrata Johnson en 1964, ese país tuvo otros logros asombrosos como el aterrizar en la Luna o engendrar internet, - (tecnologías hoy en manos de tantos otros países), - sin embargo, los Estados Unidos apenas han podido bajar su tasa de pobreza absoluta alrededor del 12% de la población.
El capitalismo
es un sistema económico que también tiene sus reglas estructurales para
distribuir la riqueza “creada” por el trabajo. La riqueza la distribuye en
tajadas no iguales, y no justas, ante todo. Por ejemplo, los grandes
propietarios, los componentes y los bien amigotes de aquel 1%, que son los de
las grandes fábricas, las grandes cadenas comerciales, las grandes bancas y
sistemas financiero, y los de los grandísimos medios de comunicación; Siguen, a
grandes rasgos, las empresas privadas medianas, los pequeños agricultores, comerciantes,
los artesanos, y la enorme gama de pequeños negocios y servicios; luego quedan
los venden o alquilan su capacidad de trabajo a los que tienen el sartén de la
producción por el mango, cuando tienen necesidad de trabajo. Es una apretada síntesis,
pero es suficiente para lo que el capitalismo requiere, para hacerlo funcionar.
Por todo lo dicho, eso de la guerra a la pobreza en el capitalismo es un disimulo,
tapando la realidad de la necesidad del sistema.
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